Con el vinilo de fundición podemos rotular prácticamente de todo.
Al tener la capacidad de poderse moldear, dándole el calor adecuado el vinilo se adapta a las superficies donde otros vinilos no pueden. El material se asienta en la superficie y después se debe romper la memoria (entre los 90 y los 105 grados Celsius) para que el vinilo no vuelva a su posición natural.
Con este material podemos forrar desde partes pequeñas del vehículo como retrovisores, manetas, embellecedores, hasta partes más grandes como paragolpes, puertas, maleteros o capós. Este tipo de vinilo puede ser unicolor o puede ser de impresión, que es el que se suele usar para dar vistosidad a una flota de vehículos y promocionar la marca de la empresa.
El precio de este vinilo puede triplicar el coste de otros vinilos como el microperforado o el polimérico pero evidentemente los acabados y la finalidad no es la misma.